Lamentablemente para muchos, lo dicho anteriormente, son meras palabras teóricas, muy bonitas en los textos pero nada que ver con la realidad. Sí, desafortunadamente para ellos, el proceso de medición se ha entendido y se ha usado más para buscar responsables, que una oportunidad para mejorar los procesos.
Este innegable y dichoso paradigma de que la evaluación, la medición y sobre todo el control son agentes netamente de fiscalización y penalización y los colocan por encima de las posibilidades de corrección y mejoramiento, ha frenado e impedido la madures de los diferentes niveles jerárquicos, opacando y en muchos casos, escondiendo la posibilidad de identificar oportunidades de mejora y no de establecer culpables.
Señores, mientras este paradigma esté vivo muy difícilmente podremos subir de nivel profesional, mi estimado amigo, apelaremos por un sin fin de excusas, usaremos cincuenta mil criterios pero, sin importar nuestro nivel jerárquico, nuestra madurez, dejará mucho de que desear.
Solo a manera de ejemplo, y lo cito ya que es muy común, sobre todo en el nivel supervisorio, escudarnos en la frase “La culpa no es mía, no podemos perder tiempo, esto es urgente”, este hecho debería ser la exención, sin embargo para muchos es la regla y caen en el eterno error de “Por hacer lo urgente, dejamos de hacer lo importante”.
De nada nos sirve el tener Indicadores bien definidos, con sendas formulas y descripciones si lo vemos como un ente fiscalizador y punitivo ya que nuestra tendencia, natural y humana, nos impulsará a la manipulación de la información y por ende, el Indicador mostrará cualquier cosa menos la realidad y adiós a la mejora, total todo marcha bien, sobre ruedas.
Salvatore Tarantino
sIG sistema Integrado de Gestión
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